Foto OADM 2016
Informe producido por el Dr.Oscar
Andrés De Masi para su presentación ante la Comisión Nacional de
Monumentos, Bienes y Lugares Históricos.
Buenos Aires, 25 de marzo de 2016 **
**Visité el mausoleo en cuestión en
compañía de la Sra. Susana T. de Dominguez Soler el día 24 del corriente mes y,
de la observación de dicho edificio funerario, surgen las siguientes
comprobaciones:
1. Aspectos descriptivos
Se trata de una bóveda o mastaba
de gran porte, exenta de muros medianeros, construida en piedra granítica de
color gris, que alberga un recinto sepulcral subterráneo.
Morfológicamente, consta de un zócalo o
plataforma escalonada de tres gradas, sobre la cual se emplaza un basamento
ortogonal (que es, a la vez, el cuerpo principal) en cuya superficie aparecen
claramente marcados los sillares de piedra. Este volumen está coronado por un parapeto,
almenado con "merlons" a intervalos regulares, que terminan en piramidones
de escaso clivaje.
Por encima de esta basa, se alza un
elemento plástico sumamente pregnante, que consiste en un sarcófago o
cofre mortuorio de referencias grecorromanas, aunque estilizado y modernizado.
Sus laterales adoptan la forma de frontones simplificados, y en sus ángulos se
colocaron acróteras, también resueltas en trazos simplificados. El sarcófago
remata en una cruz latina, cuyos brazos han sido terminados en formas
diamantinas, facetadas en cuatro caras, y en cuyo crucero se labró una figura
romboidal de relieve diamantino. Su base responde al tipo "mutilado",
de caras planas.
En el centro de la cara frontal del
mausoleo, existe una hornacina que hace parte de la estructura,
enmarcada en un arco mitrado, dentro de la cual se ha colocado otro
elemento plástico de gran fuerza visual y sentido funerario clásico: un
ánfora griega realizada en mármol blanco estatuario, parcialmente velada.
Su blancura rompe la monocromía de la piedra gris de todo el conjunto.
El acceso al mausoleo se produce a través
de un pórtico adelantado, con su frontón, en cuyo tímpano, centralmente,
se ha esculpido una cruz en relieve, encerrada en un anillo. Este acceso se
cierra mediante una puerta de reja, vidriada, dotada de gruesos barrotes de
hierro de sección cilíndrica.
El volumen está rodeado por pilares bajos,
del mismo material, vinculadas por una cadena artística de hierro, de
eslabones rectangulares. La morfología de estas columnillas, de tipo "cippus"
romano, aporta una referencia funeraria clásica adicional.
La cara posterior del mausoleo presenta
en su sección central un cerramiento tipo tabique de piedra, en el cual se ha
calado artísticamente una cruz, a modo de pequeño óculo o rosetón.
Este calado permite una transparencia visual axial, conectada con el ingreso de
luz que provee la puerta frontal vidriada.
Su interior, al cual se accede por una
escalerilla de fierro, permite albergar una importante cantidad de ataúdes. Se
destaca su profundidad.
2. Lenguaje expresivo
La fuerte impronta arquitectural de
este mausoleo es un dato perceptivo de primer grado. Su aspecto general podría
asimilarse a una mastaba antigua, donde las referencias neo-grecistas
han sido interlineadas con gestos formales modernistas, especialmente en la
ausencia de los órdenes compositivos, la simplificación de algunos elementos
como las acróteras, ciertos sutiles detalles ornamentales que sintetizan motivos florales, y una marcada
geometrización de todo el conjunto.
La decoración es escasa y sobria,
combinando los símbolos cristianos (la cruz) con alusiones florales. Como antes
señalé, los dos elementos de mayor fortaleza plástica y escultórica son el
sarcófago de granito (también modernizado) con la cruz de su remate, y el
ánfora de mármol semi velada.
Estas características revelan la voluntad
de forma (kunstwollen) propia de un momento de transición, de los
repertorios académicos eclécticos, hacia lenguajes más modernos. En tal
sentido, constituye una muestra valiosa de aquella fase de la evolución del
gusto artístico en Buenos Aires.
3. Valoración patrimonial
El mausoleo de "G. A. Soler y su
familia" exhibe sin
estridencias, pero con sobria prestancia, su masa volumétrica en un sector del
enterratorio que permite una adecuada apreciación y su recorrido perimetral. En
el aspecto formal, dialoga amigablemente con otras bóvedas del mismo sector. Si
a ello se suma la ausencia de muros medianeros, hallamos en este caso un
ejemplo de adecuada "amortiguación" visual.
Como antes indiqué, su voluntad de
forma coincide con un período de transición del gusto artístico porteño
que, sin despojarse de los imperativos generales del repertorio academicista
y ecléctico, comenzaba a incursionar en experimentaciones vanguardistas.
Ignoramos la autoría proyectual de este
sepulcro arquitectónico, pero evidencia una equilibrada idea compositiva,
despojada de excesos expresivos. También ha de destacarse la calidad de sus
materiales y de su construcción. Este último aspecto ha permitido que este
bien artístico funerario llegue a nuestros días preservando su integridad
material de origen y sus valores de
autenticidad, y manteniendo el mismo destino sepulcral con que fue concebido.
A modo de comentario adicional, aún se
observa en su interior la roldana para ejecutar la maniobra de descenso
de los ataúdes en el profundo recinto. Este elemento funcional ha desaparecido
de otras bóvedas de similar antigüedad.
Con independencia de los méritos de
quienes se hallan sepultados en este mausoleo (que la Sra. Susana T. de Dominguez
Soler habrá de exponer y fundamentar en documento aparte), el bien funerario en
cuestión exhibe cualidades artísticas singulares y, desde el punto de vista de
su integridad, ha preservado los valores auténticos originales de su materialidad
y de su función.
Foto OADM 2016
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